Pablo carbonell era una de mis debilidades musicales cuando cantaba con Los Toreros Muertos. Pero fue separarse el grupo y evaporarse el ingenio que iluminaba sus composiciones.
Pero los genios son así. Un día se levantan (o no se acuestan) y casi sin querer componen el que será durante años el himno oficioso de los sanfermines y de cualquier fiesta de pueblo que se precie: El kalimotxo de mamá
5 comentarios:
Ja l'havia vist. És boníssim. El resorgiment de Carbonell!
Molt boels genis sempre son genis.
No sé vosaltres pero jo porto tot el dia amb la tonada rondant-me pel cap
Aquest tiu sempre ha tingut algo que aconsegueix conectar...
Que grande es este tío! Es un artista, siempre creando.
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